LA CITA 1779- 80
jueves, 14 de mayo de 2015
sábado, 11 de abril de 2015
EROS Y PSIQUE FRANCOIS GERARD
EROS Y PSIQUE 1798
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Eros y Psique óleo sobre lienzo 188 x 132 cm Paris, Museo del Louvre |
Psique recibe con asombro el primer beso de Amor, sin verlo. Sus sentimientos se despiertan en una fértil pradera El mito antiguo que aquí se cuenta es una historia de amor pero también una alegoría metafísica: Psique es la personificación del alma humana. La obra pintada por Gérard, que había sido alumno de Jacques-Louis David atestigua la evolución del neoclasicismo hacia la expresión de la sensualidad y hacia una cierta abstracción formal.
La relación entre Amor y Psique se inspira en su presentación en Las metamorfosis de Ovidio, y fue un tema que apreciaron los artistas neoclásicos, pintores, escultores y literatos. Los gestos de Eros, dios del Amor, son medidos, carentes de pasión y entrega. Las líneas del cuerpo reflejan la atención que se concede a la anatomía. La expresión de Psique denota una relajación serena pero distante, como esforzándose en ocultar sus sentimientos. La capacidad del artista se aprecia en la transparencia del vestido que cubre las piernas de la joven.
Mercedes Tamara
11-04-2015
Bibliografia : Wikipedia
miércoles, 8 de abril de 2015
LA MUJER DE LOS ESPEJOS TIZIANO
LA MUJER DE LOS ESPEJOS 1515
Mercedes Tamara ( autora )
8-04-2015
Bibliografia ; Wikipedia
sábado, 4 de abril de 2015
JOVEN ADORMECIDA FRANCISCO DE GOYA
JOVEN ADORMECIDA 1790-92
lunes, 16 de marzo de 2015
RETRATO DE JERÓNIMO DE CEVALLOS EL GRECO
RETRATO DE JERÓNIMO DE CEVALLOS 1608-1610
Bibliografia . El Geco Edit Biblioteca El Mundo
sábado, 14 de marzo de 2015
JOVEN CON ABANICO FRANCISCO DE GOYA
JOVEN CON ABANICO 1806-1807
martes, 10 de marzo de 2015
LA BODA FRANCISCO DE GOYA
LA BODA 1791-1792
domingo, 8 de marzo de 2015
LA CONDESA DE HARO FRANCISCO DE GOYA
LA CONDESA DE HARO 1808
miércoles, 4 de marzo de 2015
LA MORFINA SANTIAGO RUSIÑOL
La morfina es una de las obras más importantes de Santiago Rusiñol (1861-1931), pintor, escritor, coleccionista, periodista y dramaturgo catalán del Modernismo. Esta pintura representa un tema bien conocido por el autor, que a causa de una enfermedad acabó desarrollando una adicción a esta sustancia. La morfina era una droga muy extendida a finales del siglo XIX, especialmente entre la alta sociedad.
Sin embargo socialmente estaba muy mal vista. Por este motivo el artista dota al cuadro de un tono simbolista y representa a la mujer como una enferma que necesita la morfina para calmar sus dolores.La descripción del acto de administrarse el medicamento es muy realista y está cargada de tensión emocional en la mano de la joven, aunque su rostro nos indica que la droga está empezando a hacer efecto.
En La morfina el , el pintor ha querido presentarnos a la modelo como si estuviera enferma, desaliñada y con aspecto de abandonada, el pelo sin recoger sobre los hombros, uno de los cuales ha perdido la sujeción del tirante cuando la mano se ha tensado y agarra la sábana con un toque de dramatismo que nos conduce a pensar, cuando le vemos la placidez de la cara, que la mujer acaba de entrar en los procelosos mundos de Morfeo, pues por el dios griego de los sueños se llama así este alcaloide opiáceo, que fue y sigue siendo uno de los grandes síntomas de la decadencia. Y a ese propósito no queremos olvidarnos de otra de las grandes obras de la pintura española, “La joven decadente” firmada en esta ocasión por el colega y amigo íntimo de Rusiñol, Don Ramón Casas, otro burguesito que pintaba como dios y tan golfo o más que Don Santiago, con quien compartió muchas correrías de las que pronto os contaré anécdotas y detalles. Y lo hacemos porque si alguien se ha abandonado aquí ha sido esa mujer que yace sobre el diván tan verde que le sube el rosado de sus mejillas, con sus músculos tan lacios que su brazo cuelga hasta casi el suelo y con su mirada tan perdida que bien parece que ya se hubiera puesto de morfina de no sujetar un pequeño libreto, cuya pasta es amarilla, como las mantas de los primeros cuadros, lo que dicen nos indica la enfermedad que arropan, pero yo jamás he entendido este simbolismo que se les otorga a los colores.
El dominio de la luz y la facilidad y soltura de su pincelada dirige la mirada del espectador con gran habilidad hacia aquellos puntos del cuadro que le interesa enfatizar, como la mano, y aquellos que tiene intención de sugerir o incluso esconder, como el espacio en el que se encuentra.
Sin embargo socialmente estaba muy mal vista. Por este motivo el artista dota al cuadro de un tono simbolista y representa a la mujer como una enferma que necesita la morfina para calmar sus dolores.La descripción del acto de administrarse el medicamento es muy realista y está cargada de tensión emocional en la mano de la joven, aunque su rostro nos indica que la droga está empezando a hacer efecto.
En La morfina el , el pintor ha querido presentarnos a la modelo como si estuviera enferma, desaliñada y con aspecto de abandonada, el pelo sin recoger sobre los hombros, uno de los cuales ha perdido la sujeción del tirante cuando la mano se ha tensado y agarra la sábana con un toque de dramatismo que nos conduce a pensar, cuando le vemos la placidez de la cara, que la mujer acaba de entrar en los procelosos mundos de Morfeo, pues por el dios griego de los sueños se llama así este alcaloide opiáceo, que fue y sigue siendo uno de los grandes síntomas de la decadencia. Y a ese propósito no queremos olvidarnos de otra de las grandes obras de la pintura española, “La joven decadente” firmada en esta ocasión por el colega y amigo íntimo de Rusiñol, Don Ramón Casas, otro burguesito que pintaba como dios y tan golfo o más que Don Santiago, con quien compartió muchas correrías de las que pronto os contaré anécdotas y detalles. Y lo hacemos porque si alguien se ha abandonado aquí ha sido esa mujer que yace sobre el diván tan verde que le sube el rosado de sus mejillas, con sus músculos tan lacios que su brazo cuelga hasta casi el suelo y con su mirada tan perdida que bien parece que ya se hubiera puesto de morfina de no sujetar un pequeño libreto, cuya pasta es amarilla, como las mantas de los primeros cuadros, lo que dicen nos indica la enfermedad que arropan, pero yo jamás he entendido este simbolismo que se les otorga a los colores.
El dominio de la luz y la facilidad y soltura de su pincelada dirige la mirada del espectador con gran habilidad hacia aquellos puntos del cuadro que le interesa enfatizar, como la mano, y aquellos que tiene intención de sugerir o incluso esconder, como el espacio en el que se encuentra.
Mercedes Tamara ( autora
4-03-2015
Bibliografia ; Wikipedia
jueves, 26 de febrero de 2015
VIEJA DESPIOJANDO A UN NIÑO BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO
VIEJA DESPIOJANDO A UN NIÑO 1670
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