martes, 25 de febrero de 2014

SAN JERÓNIMO CARDENAL EL GRECO

SAN JERÓNIMO CARDENAL 1600-1607
San Jerónimo Cardenal
óleo sobre lienzo 108x 87 cm
Metropolitam Museum, Nueva York







Prototipo de una época , la iconografía de San Jerónimo como cardenal inmerso en el estudio , pasó a ser la imagen tipo del humanismo cristiano. La atención que Erasmo de Rotterdam prestó a los escritos del Padre de la Iglesia coincidia con la corriente artística que en los años finales del siglo XV y en las primeras décadas del XVI , favorecía la aparición en la pintura italiana y en la flamenca de las imágenes del santo. En todas ellas contemplamos la melancolía cristiana de quien , abandonando la penitencia , se encierra en el " studiolo " para acometer la magna traducción al latín de la Biblia, dando lugar a la Vulgata , es decir , la única versión oficial aprobada por el Concilio de Trento . Sin embargo, el ambiente espiritual posterior al concilio en el que se ratificaba el valor de los sacramentos , hizo que la penitencia del santo fuera la más demandada por la clientela a finales del siglo XVI. Ya en el siglo XVII es prácticamente inexistente la imagen del erudito pues el Siglo de Oro español prefiere la vertiente del santo más asceta y penitencial.


En medio de este incipiente estoicismo , El Greco vuelve a dar muestras de la libertad innata con la que maneja la iconografía religiosa y rinde un particular homenaje a todo el círculo de eruditos e intelectuales que le arroparon con su amistad en Toledo Fruto de ese ambiente crea un arquetipo de enorme fuerza, eficacia y contundencia . Similar a la concepción de los iconos , envuelve a la figura en la negrura silenciosa del fondo neutro donde la mancha roja del capelo cardenalicio crea la plasticidad volumétrica. Bañado en sombras, los toques blancos marcan la anatomía del santo soberbiamente individualizado , tanto que se ha supuesto que es un retrato. Al modo del que hace del cardenal Tavera , o el de Giacomo Bossio , se han buscado nombres posibles que desvelen su anonimato pero nada hay concluyente. A pesar de ello, es innegable la intensidad del rostro enjuto e inteligente, que sorprende al espectador por la disciplina y la voluntad de carácter que encierra la mirada de soslayo. De modo que, a medio camino entre el retrato y el cuadro de devoción , San Jerónimo Cardenal cesa entretenido la lectura marcando con el índice el renglón , mientras que la otra mano se extiende cuidadosamente sobre el libro . El tapete verde de la mesa lo hemos encontrado en otros retratos de estudiosos y humanistas y aporta una nota cromática distinta al lienzo en el que reinan los rojos y los blancos.



Mercedes Tamara


25-02-2014






Bibliografía :El Greco El pintor humanista : Obras completas Edic Libsa