viernes, 5 de diciembre de 2014

SOLDADO CON MUCHACHA SONRIENTE JOHANES VERMEER

SOLDADO CON MUCHACHA SONRIENTE 1658
Soldado con muchacha sonriente
óleo sobre lienzo 50,5 x 46 cm
Nueva York, The Frick Collection





Se puede reconocer este cuadro entre los subastados en 1696 y que probablemente habían compuesto la colección de Pieter van Rujiven:éste fue quizá el mecenas de Vermeer , al cual compró veinte cuadros. Se ha dicho que este lienzo guarda relación con el préstamo de 200 florines que hizo el caballero al pintor en 1657, se trata tal vez de un pago anticipado por la adquisición de algunas pinturas , ejecutadas en los años posteriores.

La escena tiene lugar en una estancia donde un soldado y una joven conversan sentados a una mesa; el hombre está visto de espaldas, en actitud muy informal , y la mujer es retratada con una expresión abierta y sonriente , rara en las obras de Vermeer.

Como en La mujer leyendo una carta, los personajes se encuentran cerca de una ventana abierta ; la intensa luz que inunda la habitación se refleja en la pared del fondo. En el plano de la mesa, el rostro de la mujer y su vestimenta , la luz se hace resplandeciente : reaparece aquí el motivo de los granos de color ya vistos en el cuadro de la Gemáldegalerie de Dresde.  En el fondo de la estancia domina un mapa de Holanda y Frisia que reproduce un grabado publicado por Willem Blaco. En primer plano, el soldado tiene importantes funciones compositivas : el color oscuro hace destacar aún más la claridad de la escena, mientras que las proporciones y la posición de la figura aumentan la sensación de profundidad.

La organización del espacio , con una evidente desproporción entre el primer plano y el segundo, parece deberse al uso de un instrumento óptico, el efecto es similar al de un célebre cuadro de Carel Fabritius , la Vista de Delft ( Londres, National Gallery ) . Hacía mediados de los cincuenta Pieter de Hooch pintó diversas escenas con soldados y muchachas ,durante un tiempo se le atribuyó también este cuadro y es difícil establecer si él influyó en Vermeer o viceversa.

Mercedes Tamara
5-12-2014

Bibliografia : Vemeer, Edit Biblioteca El Mundo

domingo, 30 de noviembre de 2014

PAISAJE COSTERO GUILLERMO GOMEZ GIL


PAISAJE COSTERO 1920


Paisaje costero
óleo sobre lienzo 87 x 117 cm
Colección Carmen Thyssen Bormemizsa, Málaga






La producción de Gómez Gil está centrada casi exclusivamente en las marinas. Durante décadas le preocupó el mar en sí mismo, como un medio que le permitía experimentar con el color y la luz reflejados sobre su superficie, pero a partir de finales del siglo XIX muestra interés por personalizarlo. Dentro de esta línea habría que encuadrar la obra que nos ocupa.


Relacionar esta tendencia con la producción de Gómez Gil, y concretamente con esta obra, es hacerlo con su estancia madrileña y su posible vinculación con Casto Plasencia o con el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que se decidieron por un paisaje abrupto de costas, acantilados y puertos del agresivo y accidentado litoral del norte, en las últimas décadas del XIX.


Sin embargo, la marina que estamos tratando no deja de estar en la línea de esos paisajes finiseculares de vinculación al plenairismo haesiano, e incluso del de Beruete, pero que, llenos de resabios académicos, no llegan a plantearse del todo la investigación de la atmósfera o la de la superficie a partir de la fuerza de la mancha y de la pasta, sino que efectúan un trabajo en el que difícilmente falta cierta suavización del tema mediante la elección de la luz ambiental o de los encuadres.
La luz es, por otra parte, el elemento por el que la obra expresa su traducción del nuevo concepto de modernidad, pero está presente sin conseguir una clara definición por la línea de expresión de la mediterraneidad o por la de la dramatización del regeneracionismo en manos castellanas o vascas. La superficie está construida a base de zonas trabajadas con una pasta y unas pinceladas fluidas y suaves, contrastando las zonas de luz, para conseguir efectos llamativos de características escenográficas. 

Estos procedimientos acercan la obra de Gómez Gil al uso de estereotipos empleados en el paisajismo de fin de siglo.


En Paisaje costero, Gómez Gil actúa como un pintor interesado por la fijación precisa y minuciosa del entorno, empleando una técnica que denuncia esa postura objetivista en donde el protagonismo de la luz significa el testimonio de veracidad, recordándonos a tomas de la naturaleza realizadas por Beruete, pero sin ese punto de dureza reivindicativa y militante propio de sus paisajes, sino en clave de lo amable y dulcificado.



Mercedes Tamara
30-11-2014

Bibliografía : Teresa Sauret Guerrero: Colecc Carmen Thyssen Museo de Málaga