lunes, 9 de febrero de 2015

LA VENERABLE MADRE JERÓNIMA DE LA FUENTE DIEGO DE VELÁZQUEZ

LA VENERABLE MADRE JERÓNIMA DE LA FUENTE 1620
La venerable Madre Jerónima de la Fuente
óleo sobre lienzo 160 x 110 cm
Museo Nacional del Prado, Madrid 



Se trata de una de las las obras más antiguas firmadas y fechadas por Velázquez.Precisamente el descubrimiento de esa inscripción cuando se restauró con el motivo de la Exposición franciscana de 1927 obligó a cambiar la autoría del cuadro , que hasta entonces se atribuía a Luis Tristán . En 1944, fue adquirido por el Ministerio de Educación Nacional a las religiosas del convento toledano de Santa Isabel la Real, donde probablemente había permanecido desde fechas muy cercanas a la de la ejecución.

Conocemos la identidad de la retratada gracias a una larga inscripción que aparece en la parte inferior en la que se detallan algunas de las circunstancias vitales. Fue añadida por mano distinta a Velázquez , pues algunos hechos que relata son posteriores a la ejecución de la obra. Representa a sor Jerónima de la Fuente o de la Asunción ( 1555-1630 ) , una religiosa clarisa que jugó un papel destacado en la historia de su orden y de la evangelización del Lejano Oriente . Había nacido en Toledo, donde su padre ( Pedro García Yánez ) ejercía como prestigioso jurista . Desde muy niña dio pruebas de su vocación religiosa y según sus biógrafos a los seis años ya ayunaba y utilizaba cilicios . Esa vocación le llevó a ingresar , cuando tenía quince años, en el convento franciscano de Santa Isabel de los Reyes, entre cuyos muros transcurrió la mayor parte de su vida . Allí fue creciendo su autoridad y su fama trascendió  al ámbito de la ciudad y llegó hasta la corte , desde donde era consultada por la reina Márgarita de Austria .

Pero el principal hecho por el que sería recordada fue su decisión de abandonar el convento e iniciar una aventura misionera en tierras lejanas. Como nos recuerda la inscripción, en abril de 1620 partió, acompañada de otras dos monjas y una novicia rumbo a Sevilla . En esa ciudad estuvo entre el 1 y el 20 de junio, y desde allí, vía Cádiz, se dirigió a las islas Filipinas , a las que llegó tras más de un año de travesía . En el momento del embarque , sor Jerónima tenía 65 años de edad , una edad avanzada para los parámetros de la época, y desde luego desaconsejada para iniciar una aventura semejante. Sin embargo, dio pruebas de poseer una gran fortaleza física y mental, y en las islas fundó el convento de Santa Clara, que fue el primero de la zona. Allí vivió hasta su muerte, y en ese tiempo desarrolló también una tímida labor literaria.

Velázquez la retrató cuando rondaba los 65 años , durante las tres semanas en las que estuvo en Sevilla .Probablemente lo hizo a instancias de los superiores de su propio convento toledano, o de las clarisas sevillanas. No era habitual que una religiosa de la edad de sor Jerónima iniciara su periplo de esa envergadura , y todo indica que estaba destinada a ocupar un lugar destacado dentro de la historia de la orden. Por eso, resultaría muy apetecible la posesión de un " verdadero retrato " de alguien que probablemente desarrollaría fama de santidad . Tanto la composición de la obra como una serie de circunstancias relacionadas con ella confirman ese uso como memoria de un personaje digno de ser recordado . La expectativas que generaba la religiosa probablemente son la causa de la existencia de una réplica autógrafa ( colección Fernández Arau ) de ese retrato y de una repetición de su medio cuerpo superior ( colección Apelles ) , que también ha sido atribuida a Velázquez . La réplica se guardaba también en el convento toledano de Santa Isabel  y contiene idénticos elementos , incluídas las inscripciones de la zona inferior y superior. Muestra también una leyenda en la filacteria , que fue suprimida en el original del Prado, cuando se creyó erróneamente , que se trataba de una edición posterior. Los " arrepentimientos " perfectamente visibles en el extremo derecho de la mano sugieren que la versión del Prado es la primera, lo que ha quedado confirmado también por los estudios técnicos que se han practicado a ambas versiones . En ésta también ha aflorado , en la parte superior, huellas de la limpieza de los pinceles . Entre el cuadro del Prado y el de la colección Fernández-Araoz existe, sin embargo, una sutil diferencia en el tratamiento del crucifijo, cuya parte delantera queda en áquel más oculta al espectador.

La manera cono está resuelta la obra se relaciona también con esa función recordatoria . Las inscripciones en latín o la presencia del crucífijo describen los intereses devocionales de la retratada . También a través de la expresión corporal y facial de la retratada del pintor arroja una imagen precisa sobre las cualidades que poseía para llevar a cabo la difícil empresa que perseguía . Si careciéramos de los datos con los que reconstruir la personalidad de esta mujer , no importaría nada , porque Velázquez ha logrado plasmarlos en esta imagen : su energía, su fortaleza, su decisión , su seguridad , su convencimiento absoluto de la importancia de su misión se revelan sin confusión en este cuerpo sólidamente plantado en el espacio indeterminado , en esas manos que sujetan firmes un libro y prácticamente blanden el crucifijo, en esos labios resueltos y en esa mirada llena de experiencia de poder . Sin renunciar a la individualización , Velázquez ha sabido trascender las circunstancias particulares un personaje concreto para legarnos la más exacta descripción del religioso fuerte y voluntarioso tan característico de la vida española . Para ello, ha usado una factura pictórica muy minuciosa y detallada , que le permite describir verazmente cada uno de los pliegues de su rostro o de sus manos venosas , así como las diferentes texturas del hábito. Igualmente , ha reducido mucho las gamas de color y tanto el suelo como el fondo y el hábito se resuelven a base de ocres y grises con escasas diferencias entre ellos , que sirven no sólo para propiciar un clima general de pobreza y austeridad, , sino también para que la atención del espectador se concentre en las partes más expresivas de la composición , que son también las más luminosas y las que ofrecen una mayor variedad cromática : el rostro, las manos, el crucifijo y la epigrafía original.

Mercedes Tamara
9-02-2015

Bibliografía : Portús Javier . Caravaggio y la pintura realista europea ,MNAC

sábado, 7 de febrero de 2015

PIERETTE RAIMUNDO DE MADRAZO




Pierette
óleo sobre lienzo 196x 93 cm
Colección particular




Pierette.  El mejor representante del Realismo burgués en España es Raimundo de Madrazo, especialmente en los retratos como éste de su modelo favorita Aline Masson de cuerpo entero, vestida para una fiesta de carnaval. Aline era la hija del conserje del palacio del marqués de Casa Riera en París, sorprendiendo al pintor por su belleza tras la ruptura con su primera modelo, Naná. La joven aparece ante un fondo neutro, girando su atractivo rostro hacia la izquierda, vistiendo un elegante traje escotado con una capa ribeteada en piel.



 En la obra podemos admirar el estilo puesto de moda por Raimundo, donde el dibujo exquisito se une a la pincelada rápida y empastada en algunas zonas, sin renunciar a la captación de las calidades de las telas, recordando a su cuñado Fortuny. El detallismo y la minuciosidad no están reñidos con la transmisión de la elegancia, galantería, sensualidad y belleza de la modelo. Las tonalidades estridentes empleadas en los ropajes de la modelo han sido aplicadas con soltura, exhibiendo Madrazo una atractiva técnica, pastosa y fluida, que caracterizará su pintura. Este cuadro participó en la Exposición Universal de París de 1878, donde el artista recibió una primera medalla y el lazo rojo de la Legión de Honor. Raimundo de Madrazo ha alcanzado el éxito, vendiendo inmediatamente todo lo que pintaba, sin posibilidad de guardar obras para las exposiciones.


Mercedes Tamara
7-02-2015

viernes, 6 de febrero de 2015

LA DAMA DE SHALOTT JOHN WILLIAM WATERHOUSE

LA DAMA DE SHALOTT 1888
La dama de Shalott
óleo sobre lienzo 193 x 200 cm
Tate Britain Londres



Esta pintura se inspiró en un poema homónimo ( 1843 ) de Alfred Tennyson ( 1809-1892 ) que a su vez estaba inspirado en una leyenda artúrica. Cuando John Waterhouse intentó plasmar el poema sobre su lienzo se centró en los versos . " Y en la oscura extensión de abajo / como un audaz vidente en trance / contemplando su infortunio / con turbado semblante / miró hacía Camelot . La dama de la leyenda estuvo presa durante años en una torre situada en la isla de un río, donde su única actividad era tejer . Sabía que no debía mirar nunca a través de una ventana, porque si la hacía, caería sobre ella una terrible maldición. Así pues, se dedica a observar el mundo exterior a través de un espejo.

Cuando un caballero, sir Lancelot, pasó junto a la torre montado en su caballo y cantando , la doncella se enamoró de él instantáneamente , la joven abandonó su telar y corrió hacía la ventana , pero entonces el espejo se rompió y ella entendió que había sido maldecida . Saltó de la torre y subió a un bote, navegando a la deriva y hacía su muerte.

Waterhouse decidió representar el momento del embarque , el punto de no retorno en que se dispone a abandonar el que ha sido su hogar . El tema de una mujer abandonando su vida  de celibato por una vida de pasión desenfrenada era extraordinariamente popular en la literatura y el arte y el melodrama  victorianos, pero la historia de esta dama tiene resonancias que va más allá de un romance. 
Temyson también trató el tema del aislamiento personal y la necesidad de participar más activamente en la sociedad. Este enfoque fue adoptado en múltiples ocasiones por parte de los prerrafaelistas , en especial de la mano de William Hollman Hunt y Dante Gabriel Rossetti. El propio Waterhouse tenía pensado pintar dos escenas más del mismo tema.

La expresión de la modelo con la cabeza inclinada hacía arriba recuerda a la de Lizzie Siddal en la pintura de Dante Gabriel Rossetti Beata Beatrix ( 1864- 1870 )
Rossetti representó a Beatrix amada por Dante, en el momento de su muerte. La dama de Waterhouse sabe que su muerte es inminente. De las tres velas que pueden verse en la proa del bote , dos han sido apagadas por el viento , lo que indica que la dama se aproxima al final de su vida. El crucifijo que puede verse delante de ella , es un recordatorio de al muerte sacrificial, y sugiere que la dama ascenderá al cielo

Mercedes Tamara ( autora )
6-02-2015


Bibliografia Wikipedia

viernes, 26 de diciembre de 2014

CRISTO EN CASA DE MARTA Y MARIA JAN VERMEER

CRISTO EN CASA DE MARTA Y MARIA 1655
Cristo en casa de Marta y Maria
óleo sobre lienzo 160 x 142 cm
Edimburgo, National Gallery of Scotland





La presencia de la firma que sugirió la atribución de este cuadro a Johannes Vermeer fue desvelada en una restauración llevada a cabo en 1901, siendo el cuadro propiedad de dos comerciantes londinenses  Desde entonces, la obra se convirtió en un punto de referencia fundamental para la reconstrucción del estilo juvenil del artista : la autografía de esta pintura no es, sin embargo, reconocida de manera uniforme.

El episodio ilustrado es la visita de Cristo a casa de Marta y María : en 
el evangelio se cuenta que, mientras María se afanaba con los preparativos para recibir al huésped , su hermana María, estaba sentada junto a Jesús en actitud devota . Molesta porque María no le ayudaba . Marta se dirigió a Jesús : él le dijo que no se preocupara porque la decisión de María de escucharlo era lo único "verdaderamente necesario ".

El tema es el contraste entre la vida activa ( Maria ) , entre los bienes terrenales y los espirituales. En la tradición iconográfica , este asunto 
era un pretexto para pintar escenas de cocina, con extensos fragmentos de naturaleza muerta. Vermeer, por el contrario, redujo al mínimo la ambientación y limitó la representación de los alimentos a un único cesto de pan; esa referencia al tema de la eucaristía permite una valoración distinta del significado del cuadro. Según la doctrina católica , la salvación no se obtiene solo con la fe ( María ) sino también con las buenas obras y los actos de misericordia ( Maria ) ;
esto explicaría la actitud del íntimo diálogo entre las tres figuras.

Las dimensiones del cuadro , el aspecto imponente de las figuras , la ejecución técnica , las tonalidades ocres del fondo y el tipo italianizante de Cristo se hallan muy lejos de los rasgos de la producción madura de Vermeer. 


Mercedes Tamara
26-12-2014

Bibliografia : Vermeer, Edit Biblioteca El Mundo

viernes, 5 de diciembre de 2014

SOLDADO CON MUCHACHA SONRIENTE JOHANES VERMEER

SOLDADO CON MUCHACHA SONRIENTE 1658
Soldado con muchacha sonriente
óleo sobre lienzo 50,5 x 46 cm
Nueva York, The Frick Collection





Se puede reconocer este cuadro entre los subastados en 1696 y que probablemente habían compuesto la colección de Pieter van Rujiven:éste fue quizá el mecenas de Vermeer , al cual compró veinte cuadros. Se ha dicho que este lienzo guarda relación con el préstamo de 200 florines que hizo el caballero al pintor en 1657, se trata tal vez de un pago anticipado por la adquisición de algunas pinturas , ejecutadas en los años posteriores.

La escena tiene lugar en una estancia donde un soldado y una joven conversan sentados a una mesa; el hombre está visto de espaldas, en actitud muy informal , y la mujer es retratada con una expresión abierta y sonriente , rara en las obras de Vermeer.

Como en La mujer leyendo una carta, los personajes se encuentran cerca de una ventana abierta ; la intensa luz que inunda la habitación se refleja en la pared del fondo. En el plano de la mesa, el rostro de la mujer y su vestimenta , la luz se hace resplandeciente : reaparece aquí el motivo de los granos de color ya vistos en el cuadro de la Gemáldegalerie de Dresde.  En el fondo de la estancia domina un mapa de Holanda y Frisia que reproduce un grabado publicado por Willem Blaco. En primer plano, el soldado tiene importantes funciones compositivas : el color oscuro hace destacar aún más la claridad de la escena, mientras que las proporciones y la posición de la figura aumentan la sensación de profundidad.

La organización del espacio , con una evidente desproporción entre el primer plano y el segundo, parece deberse al uso de un instrumento óptico, el efecto es similar al de un célebre cuadro de Carel Fabritius , la Vista de Delft ( Londres, National Gallery ) . Hacía mediados de los cincuenta Pieter de Hooch pintó diversas escenas con soldados y muchachas ,durante un tiempo se le atribuyó también este cuadro y es difícil establecer si él influyó en Vermeer o viceversa.

Mercedes Tamara
5-12-2014

Bibliografia : Vemeer, Edit Biblioteca El Mundo

domingo, 30 de noviembre de 2014

PAISAJE COSTERO GUILLERMO GOMEZ GIL


PAISAJE COSTERO 1920


Paisaje costero
óleo sobre lienzo 87 x 117 cm
Colección Carmen Thyssen Bormemizsa, Málaga






La producción de Gómez Gil está centrada casi exclusivamente en las marinas. Durante décadas le preocupó el mar en sí mismo, como un medio que le permitía experimentar con el color y la luz reflejados sobre su superficie, pero a partir de finales del siglo XIX muestra interés por personalizarlo. Dentro de esta línea habría que encuadrar la obra que nos ocupa.


Relacionar esta tendencia con la producción de Gómez Gil, y concretamente con esta obra, es hacerlo con su estancia madrileña y su posible vinculación con Casto Plasencia o con el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que se decidieron por un paisaje abrupto de costas, acantilados y puertos del agresivo y accidentado litoral del norte, en las últimas décadas del XIX.


Sin embargo, la marina que estamos tratando no deja de estar en la línea de esos paisajes finiseculares de vinculación al plenairismo haesiano, e incluso del de Beruete, pero que, llenos de resabios académicos, no llegan a plantearse del todo la investigación de la atmósfera o la de la superficie a partir de la fuerza de la mancha y de la pasta, sino que efectúan un trabajo en el que difícilmente falta cierta suavización del tema mediante la elección de la luz ambiental o de los encuadres.
La luz es, por otra parte, el elemento por el que la obra expresa su traducción del nuevo concepto de modernidad, pero está presente sin conseguir una clara definición por la línea de expresión de la mediterraneidad o por la de la dramatización del regeneracionismo en manos castellanas o vascas. La superficie está construida a base de zonas trabajadas con una pasta y unas pinceladas fluidas y suaves, contrastando las zonas de luz, para conseguir efectos llamativos de características escenográficas. 

Estos procedimientos acercan la obra de Gómez Gil al uso de estereotipos empleados en el paisajismo de fin de siglo.


En Paisaje costero, Gómez Gil actúa como un pintor interesado por la fijación precisa y minuciosa del entorno, empleando una técnica que denuncia esa postura objetivista en donde el protagonismo de la luz significa el testimonio de veracidad, recordándonos a tomas de la naturaleza realizadas por Beruete, pero sin ese punto de dureza reivindicativa y militante propio de sus paisajes, sino en clave de lo amable y dulcificado.



Mercedes Tamara
30-11-2014

Bibliografía : Teresa Sauret Guerrero: Colecc Carmen Thyssen Museo de Málaga

jueves, 13 de noviembre de 2014

BARBARA WILLIERS , DUQUESA DE CLEVERLAND COMO SANTA CATALINA SIR PETER LELY

BARBARA WILLIERS , DUQUESA DE CLEVERLAND COMO SANTA CATALINA 1665-1667
Barbara Williers, duquesa de Cleverland como Santa Catalina
óleo sobre lienzo 125,7 x 100 cm
Colección particular





Alrededor de 1641, Peter Lely ( 1618- 1680 ) se trasladó de Haarlem a Londres , para concentrarse en paisajes y cuadros históricos , antes de seguir una carrera de retratista y marchante de arte en la capital inglesa . Era el momento oportuno, porque los retratos estuvieron muy de moda durante el siglo XVII en Inglaterra, y Lely seguiría los pasos de Anton van Dyck.

Sus primeras obras mostraban la influencia de este último y también del barroco holandés , si bien Peter Levy desarrolló a lo largo de su carrera un estilo propio. El artista recibió prestigiosos encargos del rey Carlos I , y después de Oliver Cromwell, pero fue durante el reinado de Carlos II cuando alcanzó la cima del éxito . En 1660 fue nombrado pintor de cámara de Carlos II , y disfrutó de fama y fortuna considerables.

Fue el mismo año que Barbara Williers se convirtió en amante del monarca , y Lely la pintó en varias ocasiones . La extraordinaria belleza de la dama se convirtió en modelo de las mujeres pintadas por Lely y recreó su lánguida sensualidad con mano suave y evocadora.


Lady Barbara Williers era tan promiscua y atrevida como insinúa su mirada . Es la exhuberante paleta y la atención a la textura de Lely-el brillo de las perlas , el lustre de sus prendas y el resplandor de su piel- lo que convierte su obra en un placer estético.

Después de la muerte de Van Dyck , Lely fue considerado el mejor pintor de retratos de Inglaterra y de esta forma pudo redefinir los retratos de la corte. Su obra fue muy influyente e importante en la pintura de retratos tanto en Inglaterra como en Haarlem

Mercedes Tamara
13-11-2014

Bibliog: 1001 Pinturas que hay que ver antes de morirse, Edic Grijalbo

domingo, 9 de noviembre de 2014

NIÑOS COMIENDO UVA Y MELÓN BARTOLOMÉ ESTABAN MURILLO

NIÑOS COMIENDO UVA Y MELÓN 1650-1655
Niños comiendo uva y melón
-oleo sobre lienzo 145,9 x 105,6 cm
Münich, Alte Pinakothek







Este cuadro es junto con el del Niño espulgándose del Louvre, testimonio excepcional de la pintura de género que tanto abunda en la producción temprana de Murillo .  Por su tema está a caballo entre el cuadro del Louvre mencionado y las obras de contenido infantil de la Alte Pinakothek de Múnich . Aunque los niños son dos mendigos harapientos , la atmósfera general del cuadro es más bien alegre y lúdica y poco o nada tiene que ver con la del cuadro de la pinacoteca francesa.




En vez de representar la cruda realidad de la infancia en Sevilla en crisis , Murillo opta por la vía de la evasión y de lo pintoresco. El artista sevillano es el campeón indiscutible de esta modalidad durante su siglo, lo que explica el inusitado interés que despertó dentro y fuera de España.






El cuadro muestra a dos muchachos que cruzan una mirada cómplice mientras comen un melón que acaban de abrir con una navaja y las uvas de una cesta de mimbre. Los dos chavales parecen unos pícaros que hubieran robado la fruta y se estuvieran deleitando con el festín . A diferencia de otros cuadros de este género ambientados al aire libre , la escena se sitúa en un lugar indeterminado que, al igual que en el cuadro del Niño espilgándose parece un interior. Ello permite a Murillo dirigir la luz artificialmente para describir con todo lujo de detalles los bodegones de fruta , así como la anatomía de los muchachos. El escorzo con el que están pintadas las cabezas y el brazo izquierdo del niño que come uvas es un ejemplo indiscutible del magistral talento del artista.


Mercedes Tamara
9-11-2014

Bibliografía: ARTEHISTORIA 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

BAILANDO MANUEL CABRAL AGUADO BEJARANO

BAILANDO 1889



Bailando
óleo sobre lienzo 56 x 44 cm
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo
 gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga


En los últimos años de su vida, este artista hubo de ver cómo la tradición de la pintura romántica, que había venido realizando desde su juventud, se había agotado prácticamente. Sin embargo, y pese a haber incidido levemente en el ejercicio de pinturas historicistas y realistas, siguió pintando obras de temas costumbristas como esta escena que comentamos, ejecutada solamente dos años antes de su fallecimiento.


El asunto de esta pintura no deja de pertenecer a la visión amable e intrascendente que este artista había entendido siempre de la vida cotidiana. Por otra parte, se advierte que en ese punto final de su vida renuncia a composiciones complejas y realiza obras de sencilla plasmación y con un solo personaje. Así, en esta obra describe un patio en el que sobre una mesa baila una joven que dirige su mirada hacia el punto de vista del espectador, donde probablemente hay una persona que la mira. En torno la mesa sólo hay dos sillas, lo que indica que la joven está bailando para su cortejador o enamorado cuyo sombrero de catite está en el suelo. Allí aparece también una botella y un plato roto que aluden a la precipitación con que se ha limpiado la mesa para que la joven pudiera bailar sobre ella. Es, pues, una pequeña fiesta privada entre dos enamorados la que el artista describe.


Hay en la pintura detalles de cierto interés, como el fondo vegetal del patio cerrado por una frondosa vegetación, que el artista ha descrito con su habitual habilidad.


Mercedes Tamara
5-11-2014

Bibliografía : Enrique Valdivieso, Museo Carmen Thyssen Bornemizsa, Málaga

sábado, 1 de noviembre de 2014

MUÑECA ABANDONADA EMILIO SALA FRANCÉS

MUÑECA ABANDONADA S/ F



Muñeca abandonada
óleo sobre lienzo 33,2x 19 cm
Colección Carmen Thyssen-Bornemizsa en préstamo
al Museo Carmen Thyssen de Málaga




Muñeca abandonada se inserta en la larga serie de pinturas de Emilio Sala que tiene por tema básico la inclusión de la figura humana en un entorno de jardín. Con este asunto, seguía una moda cultural que impulsó a grupos de pintores de la segunda mitad del siglo XIX a desarrollar escenas al aire libre en un entorno de naturaleza domesticada y hogareña. Se hicieron habituales las escenas de juegos, reuniones, paseos o descanso en pequeños jardines domésticos, así como la tipología de las clases medias y burguesas que podían disfrutar de estos ambientes. Estos temas se convirtieron en objetivo de interés preferente para artistas franceses del último cuarto del siglo XIX y de aquellos, procedentes del resto de Europa, que acudían a París buscando novedades temáticas y diferentes enfoques técnicos y visuales. Posiblemente Muñeca abandonada fue realizado entre 1887-1896, fechas en que Sala se instala en París, donde trabaja y desde donde viaja con frecuencia a España para presentar sus obras a las exposiciones nacionales. En París, Sala se casó y tuvo a su única hija, Marcela, que podría ser la niña que posa en la pintura. La peculiar tipología del jardín representado –pérgola emparrada, maceta con geranios– evidencia que se trata de un jardín valenciano, y se justificaría por los frecuentes viajes de Sala a Valencia. Viajes de los que se tiene constancia a través de la prensa local y de la correspondencia mantenida con algunos amigos valencianos, como el pintor Ignacio Pinazo.




Por otro lado, Sala insiste en esta obra en un aspecto constante de su producción: la mujer como tema central; en este caso una niña que ha abandonado en el suelo a su muñeca. Es un tema anecdótico, relacionable con otros temas de niñas como Escena de coqueteo prematuro y La íntima amiga. Este último, de nuevo, con la anécdota de la niña y su muñeca.








Sala destacó desde un principio por su preferencia hacia los temas de ambientes al aire libre con mujeres o niñas en jardines, propuestos por los pintores rechazados e independientes de París. El asunto es una encantadora escena de jardín valenciano. Una figura de niña ensimismada, con un ramo de flores, se presenta sentada en los escalones que conducen a una pérgola con un ramo de flores en el regazo y la muñeca que da título al cuadro a sus pies. La niña está enmarcada por el enorme emparrado de la pérgola que ocupa la mitad superior del lienzo. En primer plano una maceta de geranios realiza el contrapunto a la figura de muñeca y pone énfasis en el estudio de jardín al aire libre del tema. En esta pintura, Sala utiliza una gama cromática reducida, basada en diferentes matices de verde intenso. La pincelada es de factura amplia y rápida. Toma como contrapunto cromático el vestido blanco de la niña que centra la composición, al fondo de la cual se desarrolla el espeso túnel de la pérgola, el énfasis puesto en el tratamiento del emparrado desvanece el interés por las cuestiones temáticas concretas. Cada uno de los temas: la niña, las flores, la muñeca, la maceta, los elementos arquitectónicos de la pérgola, el espacio oscuro del fondo, sirven como soportes receptores de la luz ambiental, y el contraste respecto a las zonas en penumbra y las iluminadas. Sobre estos aspectos el crítico Balsa de la Vega afirmaba que «la originalidad es en Sala una obsesión; no una obsesión adquirida por el empeño de destacarse sino porque le seduce el contraste de los colores y los efectos de luz». 




Mercedes Tamara
1-11-2014

Bibliografía : Carmen Gracia, Museo Carmen Thyssen de Málaga