Ésta es la primera representación conocida del príncipe y una de las primeras pinturas de Sánchez Coello. Don Carlos, de unos doce años de edad, aparece casi de frente, vestido de amarillo dorado con jubón pespunteado y calzas de anchas cuchilladas, gorra negra de copa aplastada y espada al cinto . Sobre los hombros lleva un bohemio forrado de lince . Llama la atención la luminosidad de su rostro, con las carnaciones lisas y pálidas y el sombreado delicado que son característicos del estilo del pintor. En este caso sabemos que favoreció a su modelo , ya que la suave expresión no cuadra con el carácter agresivo del príncipe que reflejan los testimonios escritos y sus defectos físicos han sido hábilmente disimulados con la postura frontal , reducidos "el labio belfo y la alargada barbilla " y ocultados los hombros deformes por la capa. En 1564 el embajador alemán
Dietrichstein , comentaba que el príncipe era excesivamente pálido y tenía un hombro más alto que el otro, la pierna derecha más corta que la izquierda , el pecho hundido y algo de joroba.
Con motivo de la restauración de este retrato en 1990, se descubrió la ventana, oculta bajo los repliegues antiguos. No solo se reveló así su bello paisaje , sino que se enriqueció el significado de la imagen. Las figuras que aparecen en el cielo , Júpiter y un águila con una columna entre las garras, fueron interpretadas por Juan Miguel Serrera, como alegoría de Felipe II , que al igual que el dios de la Antigüedad está orgulloso de su hijo, el nuevo Hércules- de ahí la columna- destinada a heredar la Monarquía hispánica. La representación en el arte español del heredero del trono como príncipe de Asturias es sumamente infrecuente.
La inclusión de esta ventana y el paisaje de fondo, que Sánchez Coello empleó también en El archiduque Wessel de Austria ( 1574 Kunsthistoriches Museum, Viena ) procede de Tiziano. El presente retrato fue en su origen de cuerpo entero , según consta en el inventario de 1636 del Alcázar de Madrid, y el recorte del lienzo ha exagerado la composición triangular. Es interesante comparar esta imagen con el retrato de cuerpo entero del príncipe, que se conserva en el Kuntshistoriches Museum de Viena, institución que atesora una importante colección de obras de Sánchez Coello. Pintado hacía 1664,
siete años más tarde que el del Prado y con menos finura, es una representación no tan favorecedora, en la que el cuerpo contrahecho no queda del todo disimulado y donde el ceño fruncido indica tensión. Hay un retrato de busto mucho mejor y aproximadamente de la misma fecha ( h 1664 ) en el Museo Nacional Soares dos Reis de Oporto.
Este impresionante retrato demuestra que antes de cumplir los treinta años Sánchez Coello tenía ya un estilo asentado y había absorbido la influencias de los pilares de la retratística española, Antonio Moro y Tiziano. La expresión vigilante del príncipe es característica de todos sus modelos , lo mismo que el suave modelado del rostro y las manos
Mercedes Tamara
15- 10-2014
Bibliografía : Wikipedia
Artehistoria
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