miércoles, 16 de octubre de 2013

CRUCIFIXIÓN EL GRECO

CRUCIFIXIÓN 1597-1600
Crucifixión
óleo sobre lienzo 312 x 169 cm
Museo del Prado, Madrid



Parece que en la composición del retablo , la Crucifixión  coronaba el ático y establecía un eje visual con la Anunciación . Como se ha reconocido se trata de composiciones únicas en la historia de la pintura no sólo por el estilo inusual hasta ahora en El Greco, sino por la riqueza de significados . En este caso, por encima del hecho evangélico de la muerte de Cristo en la cruz, la escena constituye una verdadera alegoría de la sangre en su sentido cristiano más eucarístico.
 
Para su significado se ha ahondado en la relación entre El Greco y el beato Alonso de Orozco, relación que vendría a justificar algunos detalles de extraordinaria libertad usados por el cretense . Sin embargo, no todo  queda explicado a partir de la influencia de los textos del beato, que dedicó a la pasión de Cristo gran parte de sus escritos. Desde un `punto de vista simbólico, la Crucifixión condensa los votos de pobreza, castidad y obediencia , visualizados a través de las escenas de La Encarnación, la Adoración de los pastores y el Bautismo. Pero además constituye un verdadero símbolo eucarístico en el que recupera algunos antecedentes medievales . En ellos, la sangre de Cristo era recogida por ángeles portando cálices. En la versión grequiana ,los dos ángeles recogen con sus manos el agua y la sangre derramada por las heridas de Cristo ya muerto. A los pies de la cruz, María Magdalena y un ángel , que describe un escorzo de extraordinaria dificultad ,empapan con los paños las gotas vertidas.
 
La quietud espiritual de la escena tiene una réplica en el estatismo de la estructura. El eje de la cruz , de brazo muy alto , marca la geometría de una composición muy simétrica . En el centro,  la doble cruz descrita por el madero y el cuerpo de Cristo , a los pies Maria doliente y San Juan con el gesto de adoración. Sólo los ángeles parecen evadirse de la contemplación de esos personajes imprimiendo mayor ritmo y movimiento. Las luces de los otros lienzos que componen el retablo se han apagado. La muerte de Cristo sume la escena en las tinieblas en las que, sin embargo, destaca una relación cromática de gran armonía con rojos, carmínes, azules, verdes y amarillos que refuerzan la lividez del cuerpo inerte del Redentor.
 
Mercedes Tamara
16 -10-2013

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