LAS BAÑISTAS 1756
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La bañistas óleo sobre lienzo 64 x 80 cm Museo Nacional del Louvre, Paris |
Fragonard se convertirá en el máximo representante de la pintura galante y libertina, obteniendo un amplio éxito entre su clientela burguesa. Sus fiestas galantes se alejan del teatro y del carácter misterioso de Watteau y se convierten en escenas campestres, idílicas, en las que se respira una poesía por otro lado bien ajena a la de Boucher.
Tras su visita a Italia en la que Fragonard establece contactos con Tiépolo , a quien tuvo la oportunidad de estudiar en Roma que cambiaría el rumbo de su arte. Ya
que a su regreso a Paris , en 1761, desarrolló momentáneamente pinturas históricas
Como es habitual en este arte del siglo XVIII vuelve a ser la mujer la protagonista que, al decir de los Goncourt, ofrece "un recuerdo de Rubens a través del brillo de Boucher", apariencias voluptuosas, a la vez confusas y radiantes, "no parecen vivir más que de un soplo de deseo". Un género que parecía agotado después de infinitas repeticiones a lo Boucher renace en Fragonard con mayor vitalidad si cabe, acompañado de un sugestivo juego de empastes y un ritmo libre, exuberante y endiablado en su pincelada, a base de rápidos brochazos, anuncio de la técnica empleada por algunos pintores románticos.
Su colorido es claro, luminoso. Los tonos dorados -se ha hablado del pintor de los amarillos- los rosas, se despliegan en sus composiciones con más alegría y calor que los de Boucher.
Mercedes Tamara
16-06-2018
Bibliografia : ArteHistoria